Reseña de El Método Gemini, de Magius
Nadie se había tomado el trabajo ni la molestia hasta que Magius ha abordado El Método Gemini de hilar una historia de gángsters en viñetas con altura cinematográfica. Esta claro que no es la primera vez que se habla en un cómic del hampa o de la mafia, pero desde luego, nunca de esta manera.
Evoca a los clásicos de la pantalla grande, bueno, y de la pequeña, que también hay sopranismo de calidad: tramas cruzadas de las de no despistarse, tono dramático amoral con esas pinceladas de humor negrísimo de quien no le teme a nada, unos personajes singulares, asuntos familiares, diálogos maravillosos y amor por los detalles.
Pero la cosa no se queda en una traslación más que digna del audiovisual al cómic.
Magius es un valiente. Explota las posibilidades narrativas del tebeo con recursos narrativos interesantísimos, capaz de incluir flashbacks de cientos de años atrás (en serio), parlamentos con el lector, fragmentos operísticos o con esquema teatral y páginas que son puras obras de arte… y todo esto bien ligado y con buen gusto. No es una salsa sencilla de cocinar.
Gráficamente cumple con los preceptos básicos de la línea clara en cuanto a narrativa, composiciones de página y puntos de vista, todo a favor de la legibilidad, la compresión y la verosimilitud de las situaciones planteadas. Los detallados escenarios, el cuidado en la elección del vestuario y estilismo de los personajes, del mobiliario, el atrezzo, los automóviles… todo ello, interpretado en tres colores: azul, rojo y amarillo. Y un marrón oscuro, casi negro, fruto de la combinación de estos. La sensación que crea es muy especial, por un lado de austeridad retro en el relato, por otro de intención estética contemporánea, y de paso, creando un algo mágico, inquietante, en el punto que esos colores los adjudica, en ocasiones, de manera imprevisible creando una atmósfera extraña, por ejemplo, con los cielos amarillos que inundan sus páginas, metiéndote en una nube en la que no es fácil respirar.
Imprescindible para los amantes del género negro y del cómic con contenido, del de leer y mirar, en el que no se escatima sustancia, un tebeo honesto y generoso. Marca de la editorial de referencia en esto de los cómics que se salen de lo habitual, Autsaider Cómics.
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