El espacio es la última frontera, pero también el escenario de una nueva explotación. En un futuro cercano, las megacorporaciones se han adueñado de los recursos espaciales y los extraen sin escrúpulos ni respeto por el medio ambiente. Los trabajadores espaciales viven en condiciones precarias, sometidos a la ley del más fuerte y a la vigilancia de las fuerzas de seguridad privadas. En este contexto, tres personajes muy diferentes se unen por casualidad y deciden buscar una salida a su situación. Así comienza “Frontier”, el nuevo cómic de Guillaume Singelin, publicado por Grafito Editorial.
Singelin es un autor francés que se ha hecho un nombre en el mundo del cómic gracias a su estilo de dibujo, muy influenciado por el manga, pero también muy personal y expresivo. Su anterior obra, “PTSD”, fue un éxito de crítica y público, y abordaba el tema del trastorno por estrés postraumático en una veterana de guerra que vivía en una ciudad caótica y violenta. En “Frontier”, Singelin cambia de registro y nos ofrece una historia de ciencia ficción con un trasfondo social y ecológico, pero también con mucha acción, humor y ternura.
Los protagonistas de “Frontier” son Ji-Soo, una científica que trabaja para una corporación, pero que sueña con explorar el espacio y descubrir sus misterios; Alex, un obrero que nació y creció en el espacio, y que nunca ha pisado la Tierra; y Camina, una ex-mercenaria que se dedica a limpiar el espacio de basura y restos, y que tiene un brazo biónico. Los tres se conocen por azar, cuando Ji-Soo es trasladada a una estación minera donde Alex trabaja y se topan con Camina despues de tener que huir de allí. Pronto se dan cuenta de que comparten el deseo de escapar de la opresión de las corporaciones y de buscar una vida mejor en la frontera del espacio, donde hay rumores de que existe un planeta habitable y libre.
La historia de “Frontier” es una mezcla de aventura, humor y drama, que nos muestra las peripecias de los tres protagonistas y de su mono Goku, un animal de laboratorio al que liberan, que se convierte en un personaje más, con su propia personalidad y carisma. El cómic está lleno de escenas de acción, persecuciones, tiroteos, explosiones y peleas, pero también de momentos de amistad, solidaridad y reflexión. Singelin crea un universo rico y variado, con diferentes razas, culturas, lenguajes y tecnologías, que nos recuerda a obras clásicas de la ciencia ficción, como “Star Wars”, “Blade Runner” o “Akira”. El autor también introduce una crítica social y ecológica, denunciando los abusos de las corporaciones, la destrucción del medio ambiente, la desigualdad, la violencia y la corrupción. Sin embargo, no cae en el pesimismo ni en el moralismo, sino que ofrece una visión esperanzadora y optimista, basada en los valores de la amistad, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
El dibujo de Singelin: una marca personal y expresiva
El dibujo de Singelin es uno de los puntos fuertes del cómic. El autor tiene un estilo muy personal, que combina la influencia del manga con la del cómic europeo y americano. Sus trazos son dinámicos, fluidos y expresivos, y sus colores son vivos, contrastados y variados. Singelin crea unas páginas llenas de detalles, movimiento y vida, que captan la atención del lector y lo sumergen en la historia. Sus personajes son carismáticos, originales y variados, y sus expresiones y gestos transmiten sus emociones y personalidades. Singelin también demuestra su habilidad para crear escenarios y ambientes, desde las estaciones espaciales, los asteroides y las naves, hasta los planetas, las ciudades y los paisajes. El autor juega con las perspectivas, las luces, las sombras y los efectos, para crear unas imágenes impactantes y bellas, que nos hacen viajar por el espacio junto a los protagonistas.
El dibujo de Singelin es una marca personal y expresiva, que se ha ido consolidando a lo largo de su carrera. El autor empezó a dibujar desde muy joven, inspirado por el manga y el anime, especialmente por autores como Katsuhiro Otomo, Hayao Miyazaki o Masamune Shirow. Su primera obra publicada fue “The Grocery”, una serie de cuatro volúmenes que narra la vida de un grupo de jóvenes en un barrio marginal, con un tono realista y social. En esta obra, Singelin ya mostraba su talento para el dibujo, pero también su interés por los temas sociales y humanos. Su siguiente obra fue “PTSD”, un cómic que le dio fama internacional y que aborda el tema del trastorno por estrés postraumático en una veterana de guerra que vive en una ciudad distópica y violenta.
En «»Frontier» , Singelin explora el género de la ciencia ficción, pero también el del drama y el thriller, con un dibujo más maduro y elaborado, que combina el estilo manga con el cómic occidental. En “Frontier”, Singelin continúa su evolución como autor, ofreciendo una historia de ciencia ficción con un trasfondo social y ecológico, pero también con mucha acción, humor y ternura, con un dibujo que refleja su personalidad y su visión del mundo.
Una aventura espacial diferente
El guion de Singelin es otro de los aspectos destacados del cómic. El autor sabe cómo narrar una historia, dosificando la información, el ritmo, el suspense y el humor. Singelin crea unos diálogos naturales, divertidos y emotivos, que nos hacen conocer y simpatizar con los personajes. El autor también sabe cómo crear escenas de acción, que son trepidantes, espectaculares y coherentes. Singelin no se limita a contar una historia de aventuras, sino que también introduce temas profundos y actuales, que nos hacen reflexionar sobre la sociedad, el medio ambiente, la política, la ética y la felicidad. Singelin no da lecciones ni impone su punto de vista, sino que deja que el lector saque sus propias conclusiones.
El guion de Singelin es una historia bien construida y entretenida, que se inspira en diferentes fuentes y referencias, pero que también tiene su propia originalidad y personalidad. El autor se basa en el género de la ciencia ficción, pero también en el de la aventura, el humor y el drama, para crear una historia que mezcla diferentes elementos y tonos, que le dan variedad y riqueza. El autor también se inspira en obras clásicas de la ciencia ficción, como “Star Wars”, “Blade Runner” o “Akira”, pero también en otras más recientes, como “Firefly”, “Guardianes de la Galaxia” o “Cowboy Bebop”. También hace guiños a la cultura popular, como el nombre del mono Goku, que hace referencia al protagonista de “Dragon Ball”, o el brazo biónico de Camina, que recuerda al de Furiosa en “Mad Max: Fury Road”.
En definitiva, “Frontier” es un cómic que nos ofrece una historia de ciencia ficción con un trasfondo social y ecológico, pero también con mucha acción, humor y ternura. Singelin nos muestra su talento como autor completo, con un dibujo personal y expresivo, y un guion bien construido y entretenido.
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