Para empezar, morí.Mala suerte, me desperté en el infierno.No me sorprende, me lo merecía…
Un hombre se despierta en un paisaje extraño. Está bajo tierra y las luces oscuras y rojizas no le dejan ninguna duda de dónde está. El nombre de este hombre es Ian McGilles y se despertó en el infierno. ¿Qué hizo para merecer esto? Comparte su prisión con otros cautivos, criminales de guerra, personajes históricos y asesinos en serie que han merecido cien veces estar en este lugar. Pronto un variopinto grupo de estos personajes (un criminal nazi, un príncipe compositor y asesino, un envenenador romano, una pirata y Jack el Destripador) se asocian para conseguir un propósito común: se trata, ni más ni menos, que de escapar del Infierno.
Alexia, ¿exorcista o bruja?Aventura sobrenatural, eso seguro.
El CRPS, Centro de Investigación de Fenómenos Sobrenaturales, es una discreta institución cuya misión es luchar contra eventos paranormales que puedan alterar el equilibrio de nuestro planeta. Ante el resurgimiento de fenómenos inquietantes e inexplicables, el Centro decide llamar a una joven exorcista, Alexia. ¡Todos ignoran, comenzando por ella misma, que desciende de una de las brujas más eminentes de Salem! El destino de Alexia estará dividido entre su identidad como exorcista y su herencia como bruja.Las aventuras se enlazan a un ritmo vertiginoso y no deja ni un minuto de respiro al jadeante lector. La historia oscila entre el thriller oculto y el cuento fantástico contemporáneo.
Huidas, persecuciones, muertes,jungla, indígenas y un pasado que vuelve cuando menos esperas.
Mientras Max y el Manco buscan a Baïa por la jungla, en la huída con el Capitán Rego, ellos mismos son perseguidos por los hombres del líder del campamento de trabajadores, Hermann, que intenta arrojar luz sobre la muerte de su hija.
Las persecuciones se cruzarán y se multiplicarán en la exuberante pero cada vez más peligrosa jungla. Sin mencionar que Max y el Manco, es decir, el hijo y el padre, ahora comparten otro secreto: el tesoro encontrado entre los restos del avión en el que murió la hija de Hermann y que pilotaba el Manco.
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