Mauro Entrialgo entrevista a Kike Infame
Autsaider División Sesuda acaba de publicar Con los codos pegados al torso un libro que nos ofrece una larga entrevista que Kike Infame le realiza a Mauro Entrialgo. EN Blog de Cómics hemos querido darle la vuelta a la tortilla y os ofrecemos una entrevista a Kike Infame realizada por Mauro Entrialgo. Mola ¿no?
Mauro Entrialgo (ME): ¿Cuándo y qué fue lo primero que publicaste en papel bajo tu faceta de comentarista de cómics?Kike Infame (KI): Las primeras reseñas que he hecho sobre cómic las realicé para Etecé. una especie de directorio de tendencias que hacía la agencia bilbaína Amasté hace un millón de años. Pero realmente cuándo empiezo a hacer crítica o como lo quieras llamar es hace cinco años en la web Bilbao 24 horas en la que me puse en serio con el tema de las entrevistas.
ME: ¿Y bajo tu faceta de dibujante o historietista?KI: Las primeras historietas que he dibujado y publicado las hice en la universidad. En el colegio también dibujaba, claro, pero no tengo un recuerdo concreto. En la universidad saqué con unos amigos el fanzine Monguis, un cajón de sastre en el que metíamos cómics, relatos, poemas y de todo sin ningún criterio concreto más que rellenar las páginas. Siempre fui más voluntarioso que bueno, exactamente como ahora.
ME: Dinos tres autores de historietas de todos los tiempos cuya obra te parezca imprescindible.KI: Osamu Tezuka, Jack Kirby y Hergé. En el orden que quieras. A Hergé y Kirby me cuesta leerlos a veces pero sin ellos la historia del cómic sería otra.
ME: Dinos tres libros o escritos sobre cómics que te parezcan muy recomendables.KI: El primero para mí es Sinfonía Gráfica, de Sergio García. Me encanta el tema de los formatos y este libro me parece muy inspirador y más divertido que otros más presuntamente pedagógicos. Te dan ganas de jugar, que es algo que hecho en falta en muchos libros que intentar enseñar.
Oficio: dibujante de José Luis Munuera me parece un precioso modo de leer sobre cómics.
También me ha encantado Cómics sensacionales de Santiago García, que sabe mezclar muy bien el lado divulgativo con lo personal y produce una maravillosa autobiografía del autor basada en los libros que ha leído y cómo han influido en su obra, como Borges vamos.
ME: ¿Leías en su momento las entrevistas largas a historietistas que hacían en el “U, el hijo de Urich”? ¿O te pillaron muy pequeño y llegaste a ellas más tarde?
KI: Muchas gracias pero tengo edad para haber conseguido la colección en cuanto salían (e incluso antes). Para mí las entrevistas de U, el hijo de Urich son un referente. El primer U que recuerdo era el dedicado a Max. Nunca había visto nada así, una entrevista tan bien planteada y con tanto espacio dedicada al cómic e interesándose por las bambalinas del medio más que por la promoción del producto que tocase vender y pensé que era algo que me encantaría hacer algún día.
ME: En relación a tu actividad escribiendo sobre cómics, ¿cómo prefieres que te denominen? ¿crítico, especialista, experto, reseñista? ¿Por qué?
KI: Divulgador creo que me gusta. Pongo en contacto a quien tiene algo que decir y quien quiere escucharlo pensando que cada uno tiene una forma de entender la vida y el arte distinta y que no soy quién para juzgarlo.
Yo hago entrevistas. Es lo que más me gusta y disfruto y es donde creo que puedo aportar algo. Me cuesta hacer reseñas y realmente no creo que tenga nada especial que decir que no cuenten otros mejor que yo. Al final me da la sensación que más que un crítico soy un lector con derecho a roce.
ME: De todas las personas relacionadas conmigo a las que pedisteis testimonios para “Con los codos pegados al torso”, ¿quién fue la que más tardó en entregar?¿Y la que menos?
KI: La que menos tardó fue Macu Vicente, incluyendo distintos tamaños de texto para que encajásemos el que más nos conviniese. Me pareció entrañable la anécdota del verano que se dedicó a hacer cuadros de felaciones en punto de cruz para una exposición vuestra. A Macu la conocí cuando hicisteis los 30 años del TMEO y me pareció maravillosa.
Todos los colaboradores tuvieron una infinita paciencia. Nacho Vigalondo tardó porque andaba muy liado y sin embargo fue también encantador. Para contarle la idea de la colaboración le llamé por teléfono y me dijo que estaba en Nueva York presentando su nueva película y pensé, hala, a tomar por culo los beneficios del libro.
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