Reseña de Carne de cañón, la primera novela gráfica de Aroha Travé
¡Atiende! La primera novela gráfica de Aroha Travé, Carne de cañón, nos ha dejado locos de lo buena que es.Sorprende tal madurez en una artista que hasta ahora solo había publicado en algún fanzine. Y sorprende también el estilo, una mezcla totalmente cohesionada entre las historias clásicas underground de los 80 que se publicaban en el Víbora y un tono más moderno donde aparecen los móviles, los selfies y demás mandanga.Producen un agradable shock cultural que a los que más va a impactar va a ser sobre todo a aquellos que eramos adolescentes cuando descubrimos el Víbora. Lo que no significa que no terminará encandilando a nuevos lectores y generaciones.¿El argumento? Pues la vida en el barrio. La gente humilde, lo que les pasa a los hermanos Yanira y Kilian, que tienen una madre choni, y un padre ausente, y un hermano pequeño que solo se dedica a tocar un órgano. Y lo que les pasa con unos heavies, y con un yonki, e incluso con el fantasma de un niño muerto.Lo que nos gusta, vamos, y en un original formato de 2 viñetas por página que no entorpece la lectura para nada pero destaca su trabajado dibujo.Y con este tebeo me he emocionado, por el gran tratamiento de los personajes, que encierra ternura, pero también me he reído, y mucho, con los improperios tan ocurrentes y salvajes que lanza la madre.En fin, que hay que leérselo, coñe. Y que si en su primera obra es capaz de ofrecernos tanta calidad, nos tiene mordiéndonos las uñas esperando que salga su siguiente cómic.Esperemos que en La Cúpula escuchen nuestras plegarias…
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