Reseña de Unreal City, de D.J. Bryant
Unreal City viene a sumarse al catálgo de grandes cómics que nos está ofreciendo La Cúpula en sus últimos lanzamientos. Y con el añadido de descubrir a autores inéditos en España, lo que aumenta el valor de la propuesta.He de reconocer que la portada no me atrajo mucho, y estuve a punto de dejar pasar esta joyita, pero finalmente le di una oportunidad… y ¡menos mal!Comenzaremos por lo más obvio: la influencia principal de D.J. Bryant es Daniel Clowes. Tanto en temática, acercándose más a obras como Como un guante de seda formado en hierro como gráficamente. Aunque hemos de decir que en cuanto a dibujo no se limita solo al autor de Ghost World, sino que bebe de otras fuentes como Charles Burns a la hora de entintar y rellenar la línea.Además, argumentalmente, una de las cosas que le separan también de Clowes es que Bryant incluye escenas de sexo explicito entre sus páginas.Centrándonos ya en el contenido de Unreal City, comenzaremos por decir que es una recopilación de historias más o menos cortas. En blanco y negro principalmente, pero también en color cuando la temática así lo requiere.Estas 5 historias cortas, aunque sin ningún nexo de unión entre ellas, leídas en conjunto sí dan una sensación de un todo. En ese caso, el valor de Bryant como autor está presente en toda la obra, tocando los mismos temas, aunque sea de forma transversal, en cada una de las historias.El yo y el género están muy presentes en esa maravilla que es la primera historia llamada Ecos en la eternidad. El sexo y la dominación, con toque Lynch y ambientación tejana son los argumentos principales de la segunda historia, Evelyn Dalton-Hoyt.Más reflexión sobre el ser humano en la tercera, con un toque más surrealista, cuyo título ya nos avisa: Emordana o la inflexión de la nada en el córtex visual. La cuarta supone un cambio radical gráficamente, con un toque pop, colores y un dibujo más naif donde, otra vez trabajando sobre la identidad, lo disfraza de un divertido viaje espacio temporal, en el que también tiene cabida una reflexión sobre el arte. ¿Su título? La retrospectiva Yellowknife Y por último, Objet Dárt, la quinta historia, la que cierra el tomo, podría ser un compendio de los mejores aspectos de las anteriores. Virtuosismo en el dibujo, confusión del yo, sexo, y ese juego con la identidad de género.Y todo esto sin olvidar que D.J. Bryant es un maestro del trazo y combina perfectamente un dibujo clásico con algunas innovaciones sin que el resultado final se resienta.Consejo: que no se os escape esta joya. No digáis que no os hemos avisado.
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