Cuando uno escucha el nombre del Pacificador, piensa en caos, músculo y frases políticamente incorrectas disparadas con la misma velocidad que sus balas. Pero en “DC Black Label. ¡El Pacificador se esfuerza mucho!”, publicado por Panini Cómics, la cosa va más allá de la sátira habitual: aquí hay disparos, sangre, traumas mal gestionados y una ternura involuntaria que estalla como una granada. Este tomo del sello adulto de DC mezcla acción rabiosa, comedia negra y una extraña búsqueda emocional que solo alguien como Christopher Smith podía protagonizar. Y, desde el primer momento, bebe directamente de la versión televisiva del personaje, con esa mezcla de brutalidad torpe, ingenuidad emocional y humor descarnado que ha popularizado la serie.

Un argumento que dispara en todas direcciones
La mitad del cómic se dedica a contarnos hasta qué punto este antihéroe quiere hacer lo correcto… aunque sus métodos sean discutibles, su criterio inestable y su compañía aún más extraña. ”¡El Pacificador se esfuerza mucho!” arranca cuando el protagonista, recién salido de otro desastre gubernamental, se empeña en demostrar que puede ser un héroe funcional, útil y, por qué no, querido. El problema es que su forma de demostrar afecto pasa por sacar una recortada antes que un saludo.
Todo se tuerce (o mejora, según el lector) cuando conoce a un bulldog llamado Bruce Wayne. Sí, un perro bautizado así porque alguien tenía sentido del humor. La mascota se convierte en una brújula emocional improvisada para el Pacificador, que sin querer se embarca en una misión que mezcla secuestros perrunos, chantaje, mafiosos con aspiraciones cósmicas y exsupervillanos que deberían haber jubilado sus trajes hace décadas. El guion se permite hilar situaciones delirantes con una sorprendente lógica interna: si hay que asaltar un zoo, se asalta; si hay que negociar con un cerebro criminal escondido en una discoteca infame, se negocia; y si hay que partir mandíbulas por amor perruno, se parte.
La historia se construye con la velocidad de una persecución y el corazón de una comedia amarga. Cada capítulo añade una nueva capa de caos controlado y, de fondo, asoma constantemente la eterna duda: ¿puede alguien como el Pacificador redimirse si no sabe lo que significa redención? No hay momentos de pausa artificial. La sinopsis se ramifica entre acción y autoestima destrozada, cuidando que el humor nunca anule el trasfondo emocional.
Cada paso del Pacificador tiene consecuencias: sus errores son monumentales, sus aciertos accidentales, y su empeño en “esforzarse mucho” se convierte en el motor de una cadena de decisiones tan absurdas como inesperadamente humanas. Las escenas con Bruce Wayne (el perro, no el millonario) ofrecen algunos de los momentos más memorables del tomo: persecuciones, rescates y pactos que satirizan la relación entre héroe y símbolo. Al final, la trama no solo es divertida: sorprende con la agilidad de un cómic que se lee como una explosión continua, donde la risa y la violencia se dan la mano sin complejos. Es un cómic que se disfruta mucho, ideal para quienes conectaron con el humor y la personalidad del personaje televisivo.

Guion, dibujo y artesanía del caos
El guion corre a cargo de Kyle Starks, un autor que domina la comedia con filo y el ritmo de la acción. Su trabajo aquí es directo, afilado y lleno de diálogos que suenan como disparos de metralla emocional. Ya había demostrado su talento en obras como “Sexcastle” o “Rick and Morty”, pero aquí canaliza algo diferente: consigue que el Pacificador resulte patético, entrañable y peligroso a la vez, sin perder la esencia grotesca del personaje.
El dibujo de Steve Pugh marca el tono visual perfecto: figuras expresivas, violencia caricaturesca, escenarios urbanos que parecen salidos de una pesadilla pop y un tratamiento corporal que convierte cada golpe en viñeta memorable. No se recrea en el gore, pero lo usa con precisión cómica. Pugh ya había dejado huella en “Animal Man” o “The Flintstones”, y aquí demuestra su versatilidad para combinar brutalidad y ternura visual.
El color (obra de Jordie Bellaire) resalta contrastes y aporta dinamismo, sin robar protagonismo al trazo. Las sombras y los brillos potencian la sensación de cómic adulto con alma de gamberrada.
Ficha técnica
Título: “DC Black Label. ¡El Pacificador se esfuerza mucho!”
Guion: Kyle Starks
Dibujo: Steve Pugh
Traducción:
Fecha de publicación: 2025
Editorial: Panini Cómics
Idioma: Español
Género: Acción, humor negro, superhéroes
ISBN: 978-84-1150-976-7
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