¿Qué pasaría si seis personas de diferentes países recibieran superpoderes por parte de una misteriosa organización? ¿Cómo cambiarían sus vidas y el mundo? Estas son las preguntas que plantea “The Ambassadors”, el nuevo cómic de Mark Millar, el creador de éxitos como “Kick-Ass”, “Kingsman”, «The Magic Order» o “Civil War”.
En este cómic, publicado por Panini Comics, Millar se alía con seis de los mejores dibujantes del género supe heroico: Frank Quitely, Karl Kerschl, Travis Charest, Olivier Coipel, Matteo Scalera y Matteo Buffagni. Cada uno de ellos se encarga de ilustrar un capítulo, ambientado en un país diferente, donde conocemos a uno de los elegidos para ser un embajador de la superhumanidad.
El resultado es una obra espectacular, llena de acción, humor, drama y sorpresas. El guion de Millar es ágil y dinámico, con diálogos ingeniosos y situaciones impactantes. Como siempre, el autor busca algo diferente en cada obra. Los personajes son carismáticos y variados, desde un joven dependiente indio a una madre y su hijo franceses, pasando por una policía corrupta brasileña o un político fascista australiano. Cada uno de ellos tiene una personalidad, un poder y un conflicto propios, que los hacen únicos e interesantes. Por supuesto, en todo comic de super héroes debe haber unos villanos. Y en este caso, también serán curiosos, pues el grupo estará formado por las personas más ricas del planeta que pagarán al exmarido de la protagonista para obtener los poderes.
El poder de un dibujo espectacular
Uno de los grandes atractivos de “The Ambassadors” es el estilo de dibujo de cada artista, que se adapta perfectamente al tono y al ambiente de cada historia. Quitely nos narra el inicio de todo. Kerschl nos traslada a una India colorida y vibrante. Charest ofrece una versión más oscura de París, donde una madre y su hijo necesitan mejorar su relación. Olivier Coipel nos ofrece la historia de uno de los protagonistas más polémicos, ya que se trata de una policía brasileña que trabaja para los narcos y no duda en asesinar en su nombre, aunque el protagonista de la historia de Buffagni, también más dinámico y colorido, tampoco se queda manco. Es un anciano político australiano de ultraderecha, pero que encuentra una excusa para ser seleccionado, aunque no sabremos si es verdad. Finalmente, el espectacular clímax de la historia lo dibuja Matteo Scalera.
Todos son excelentes dibujantes, de lo mejor que hay, pero el nivel de Quitely es insuperable.
El guion de Millar es coherente y fluido, conectando las diferentes historias con un hilo conductor que va revelando el misterio detrás de los poderes y de la organización que los otorga. El cómic tiene un equilibrio perfecto entre el humor, la acción, el drama y el suspense, manteniendo el interés y la emoción del lector en todo momento. Además, tiene un final abierto, que deja la puerta abierta a una posible continuación que esperamos con ganas.
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