La antología “Alien: Blanco, Negro y Sangre”, editada por Panini Cómics en España, reúne los cuatro números de Alien: Black, White & Blood publicados por Marvel Comics en EE. UU. Es un tomo de gran tamaño (formato tabloide, 23,4 × 33 cm, 136 páginas) que apuesta por el contraste extremo: tinta negra, perfilados en blanco, drenajes rojos y ocasionalmente destellos verdes—el último color para evocar la sangre ácida del xenomorfo.
Este volumen funciona como homenaje y experimento visual dentro del universo Alien. La estructura narrativa sigue un modelo mixto: una historia larga central, llamada “Utopía”, que vertebra el tomo, intercalada con relatos cortos temáticos que exploran facetas del terror xenomorfo en distintos contextos. La clave está en balancear esos relatos menores con el hilo principal: lo mejor y más sorprendente del cómic es precisamente la historia central, “Utopía”, que justifica por sí sola el interés del lector.

“Utopía”: cuando los sueños humanos chocan con la sangre ácida
La premisa de “Utopía” parte de un dilema clásico de ciencia ficción: una colonia humana (la nave Forward) que aspira a construir un nuevo mundo sin conflictos sociales ni corporativos. Pero el escenario ideal tropieza con lo inevitable: un encuentro con el xenomorfo y una decisión moral extrema. La historia se cuenta desde la perspectiva de Siostra, un sintético que acompaña la misión. Al responder a una señal de socorro en el espacio, la tripulación se verá forzada a replantearse su ideario pacifista y el precio de sus ideales ante el horror.
Ese relato principal está fragmentado en cuatro partes (una en cada número original), lo que obliga a pausas narrativas cuando se intercalan los relatos secundarios. Esa interrupción puede restar un poco de fluidez, pero también da un respiro para degustar otras visiones del horror.
Entre los relatos cortos encontramos propuestas como:
- “La caza”: expedicionarios que intentan cazar xenomorfos como trofeo y acaban descubriendo quién es realmente la presa.
- “Instinto Materno”: una niña y una inteligencia artificial que asume el rol de madre frente a la amenaza alienígena.
- “Bocado”: colonos que llegan a un rancho y se topan con lo innombrable.
- “Primer Día”: marines atrapados en su primera misión, con un tono breve e intenso.
- “Engranaje”: una nave médica de Weyland-Yutani que revela hasta dónde llega la avaricia corporativa.
- “Lucky”: la historia vista a través de un perro superviviente en un planeta devastado.
- “Al escondite”: una mezcla onírica de sacrificio y terror, con resultados irregulares.
- “Madre”: un cierre simbólico sobre la protección y el sacrificio.
Aunque los relatos secundarios no alcanzan la misma fuerza que “Utopía”, complementan el panorama: ofrecen matices del universo Alien que van desde lo corporativo cruel hasta lo íntimo y desesperado. En conjunto, la propuesta es sólida, con momentos memorables, aunque con otras historias demasiado comprimidas.

Un festín visual en blanco, negro, rojo… y verde
El diseño gráfico es el principal atractivo técnico de este tomo. En “Utopía”, el dibujante Michael Dowling, con color de Chris Sotomayor, crea atmósferas densas y opresivas, usando las splash pages con acierto para momentos de impacto visual. Dowling no siempre arriesga con composiciones atrevidas, a veces recurre a viñetas estáticas, pero cuando escapa a la rutina lo hace con fuerza.
En los relatos menores, los estilos varían: Ferreira adopta un trazo bruto y expresivo; Pramanik juega con texturas y contrastes; Bianchi se atreve con lo abstracto; Morales, Teruel y Roe aportan densidad de sombras. Los coloristas —Jordie Bellaire, Mattia Iacono, Andrés Mossa— potencian el rojo visceral y el verde ácido como elementos distintivos. Ese toque de verde no solo es decorativo: intensifica el horror y da a cada página un brillo tóxico que sorprende.
En cuanto al guion, la mezcla de voces (Kelly y Lanzing en “Utopía”, junto con Phillips, Cady, Jenkins, Hill y otros) logra momentos interesantes. La premisa de “Utopía” tiene garra, aunque a veces anticipa su desenlace. Los relatos menores son irregulares: unos brillan por su sencillez, otros se quedan cortos por falta de espacio. En general, los guiones cumplen con la misión de asustar y provocar reflexión, sin grandes pretensiones de reinventar el género.
Veredicto final: una antología irregular, pero con momentos brillantes
Alien: Blanco, Negro y Sangre no es un cómic perfecto, pero sí un experimento llamativo con momentos que brillan. Su punto fuerte es la historia central “Utopía”, que vale por sí sola el precio del tomo, con una reflexión sobre ideales humanitarios chocando con lo implacable del horror extraterrestre.
Un tomo recomendable para fans del universo Alien, coleccionistas de ediciones visualmente distintas y lectores que disfruten del terror espacial con matices. No es una obra maestra, pero sí una antología entretenida que deja huella entre sombras, sangre roja, verde y el silencio del vacío sideral.
Este volumen sigue la línea de otras series “Blanco, Negro y Sangre” que Marvel ya había ensayado con personajes como Lobezno, Masacre o Darth Vader. El xenomorfo es un candidato ideal para ese tratamiento: su estética monstruosa y sus silencios encajan perfectamente en la narrativa a tres colores.
Datos del cómic:
Título: Alien: Blanco, Negro y Sangre
Guion: Collin Kelly, Jackson Lanzing, Stephanie Phillips, Ryan Cady, Paul Jenkins, Bryan Hill
Dibujo: Michael Dowling, Marcelo Ferreira, Devmalya Pramanik, Tomasso Bianchi, Luigi Teruel, Claire Roe, Jethro Morales, entre otros
Traducción: Raúl Sastre (edición española)
Fecha de publicación: 24 de julio de 2025
Editorial: Panini Cómics (Marvel Comics original)
Idioma: Español
Género: Ciencia ficción, terror espacial
ISBN: 979-1-370-13026-8
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